Cabeza: suele ocasionar graves lesiones. Es el traumatismo que provoca el fallecimiento del trabajador con más frecuencia.
Columna vertebral: lesiones graves con grandes secuelas permanentes asociadas (parálisis, etc.).
Tronco: lesiones orgánicas internas con grave riesgo de fallecimiento.
Extremidades: fracturas de alta energía con graves repercusiones en la posterior reincorporación de los trabajadores a su vida activa.
Múltiples localizaciones: pueden estar afectados dos o más segmentos de los referidos anteriormente.
Suelen aparecer fracturas vertebrales dorsales y/o lumbares, debidas a la transmisión del impacto por los miembros inferiores hasta la columna. No suelen ser de excesiva gravedad, ya que no es mucha altura, pero complican sobremanera el tratamiento de los calcáneos.
También suelen asociarse a las fracturas de calcáneo otras lesiones en los huesos de los miembros inferiores, como fracturas de tibia y/o fémur.

Las lesiones en los miembros superiores son menos frecuentes, aunque en las caídas de cabeza se suelen colocar las manos, para impedir el impacto sobre la cabeza y se producen lesiones de las muñecas y antebrazos. En las caídas laterales se suelen fracturar los húmeros.
La evolución de las fracturas de los huesos largos (tibia, fémur, húmero, cúbito y radio) suele ser favorable y se consigue la reincorporación sin secuelas del trabajador en su puesto de trabajo.
En resumen, las lesiones por caída de altura provocan una gran mortalidad y morbilidad en los trabajadores, con graves secuelas definitivas, no solo para su actividad laboral sino también para el resto de actividades de la vida diaria.
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